viernes, enero 27, 2006

MUS EN FEBRERO


Buena oferta para los musistas en febrero.
Al menos tres buenos torneos, aunque de características bien distintas.

El Asador de Daganzo, pueblo bien comunicado en la zona noreste de Madrid, por Torrejón de Ardoz y Barajas. Quieren intentar recuperar la tradición de los clásicos torneos en los restaurantes. Los premios son atractivos, 9.000 € en total, con grupo A a 4 ceros, y B al KO. Y el precio de inscripción tirado, 120 € la pareja, con cena incluida en la entrega de premios. Es del 13 al 18 de febrero y los premios son fijos. Cuatro en el grupo A y cuatro en el B. 3.000 a la pareja campeona.

El Casino de Villajoyosa, organiza torneo propio. Nada que ver con el de Semana Santa, que organiza Canfali en el mismo sitio. Siempre hace buen tiempo y ya se sabe lo que es Benidorm. Del 14 al 18. 240 € pareja. A cuatro ceros y sin B. y 12.100 € en premios. 6.000 para los ganadores.
La novedad es que la Organización se va a poner en su sitio y no va a dejar que se apunte cualquiera. Quien lo diría. Benidorm y Guadalajara hermanadas. Así que algunos no podrán jugar, a pesar de que por los mentideros madrileños vayan diciendo que piensan ir. Viaje en balde. Al menos para jugar.

El Casino de Torrelodones, del 27 al 5 de marzo.
El desmadre padre. 300 € por pareja y más de 25.000 en premios. Más de 9.000 € para los que sueñen en ganar, aunque solo podrán aspirar al tercer puesto. Allí la Organización no quiere saber nada. Como las avestruces. Tampoco sienten ni padecen.
A tres ceros, con grupo B y Jamón. Para salir todos los días a las tres de la madrugada. Tendría gracia que no llegasen a 100 parejas.


lunes, enero 23, 2006

EL TORNEO DE HORCHE III


Un año mas la entrega de premios se convirtió en una fiesta. Parecía empeño imposible acomodar a las cerca de 370 personas que abarrotaban el irregular salón del restaurante La Fuensanta, donde jugadores, acompañante e invitados iban dispuestos a aplaudir a los nuevos campeones.
Estos eran del pueblo, Ramón Ruiz y Luis de la Fuente, y tras 17 partidas, devolvían el titulo que el año anterior viajo al vecino pueblo de Anchuelo, en Madrid. Que ninguna pareja haya repetido primero o segundo puesto en los 3 años que lleva celebrándose, es un buen síntoma. Que haya 4 o 5 parejas que siempre están entre los diez primeros, es otro buen síntoma. Esto afortunadamente no es jauja, ni hay magos.
Allí estaban algunos que frecuentan Las Fuentes (Melgar cerró), pero no tuvieron su semana. Telma y Louise no pudieron pasar del jueves. Los más o menos reconocidos fueron cayendo. Y una nueva pareja, tentada por la barita de la fortuna se hizo con el torneo. Porque no nos engañemos. Para ganar un torneo tienen que darse tres circunstancias inexorables. 1- Saber jugar 2 –Coger cartas 3 – Coger cartas todos los días del torneo.
La música de Mozart volvió a estar presente en la entrega de premios. En la pantalla iban apareciendo los afortunados vencedores y el momento mágico de la noche fue el homenaje floral a todas las mujeres que habían participado en el torneo. En Horche son así. Sensibles y cuidadosos.
Para acabar, sinopsis de la partida final. Los campeones se plantan con 3-0. Pero por fin ceden un juego, 3-1. El 3-2 se produce en una jugada sin excesiva necesidad y pensando en rematar más que en otra cosa. Se enzarzan en doble revoque a chica que conduce a un órdago que pierden. Tres ases 5 contra tres ases 7.
En el nuevo juego se van de nuevo arriba. Los contrarios a echar obligados. Con 34-26 quieren un órdago con 29, y la mano saca 30. Es el 3-3
En el juego definitivo y con juego desenfadado en ambas parejas, se llega a la última mano con 35-32 para los campeones.
Corta la mano y envida a grande. Quiere el postre.
Chica en paso.
A pares órdago de la mano que no se quiere.
Y a juego, nuevo órdago de la mano que sin titubear es aceptado.
De no haber órdago a juego, ambas parejas se hubieran quedado a falta de una.

jueves, enero 19, 2006

EL TORNEO DE HORCHE II

Jugar un torneo es distinto de jugar unas partidas el sábado con los amigos. Según los entendidos los torneos empiezan los jueves. Se refieren a los que duran una semana, aunque eso precisa la matización de si se juega a 3 o 4 ceros. La otra cara de la moneda, es que los torneos empiezan con el primer juego de la primera partida, pero también es cierto que hay algo de diferencia entre como se juega el lunes o el viernes.
En Horche, a 4 ceros salpicados de jamón, bombones y bizcochos borrachos, el jueves se inicia la recta final con la 8ª partida. De las 95 parejas inscritas no queda ninguna invicta, lo cual es un excelente síntoma de salud.
Con una partida perdida quedan 8, con dos perdidas 16, y con tres perdidas 22. Ya han sido eliminadas 49 parejas a las que dedicamos nuestro más alegre pesar.
Hay una sola pareja femenina inscrita y solo lleva un cero. Antes de empezar cada partida ellas unen sus manos sobre el tapete, se miran fijamente y de forma casi imperceptible se escucha un susurro estremecedor que los contrarios no acaban de entender. Al finalizar la partida lo comprenden. Son Thelma y Louise que han regresado.
Para entretenimiento de los estudiosos, probabilísticos o no, tres jugadas sobre las que no nos pronunciamos por ser tan reales como la vida misma.

JUGADA 1 – Corta la mano y pasan A, B y C. Entonces B ordena a su compañero que meta órdago. Este remolonea un poco pero B sigue insistiendo en que debe meterlo. La vigilancia es estricta. D lanza una mirada asesina a su compa y termina lanzando el órdago que es querido por sus contrarios. Típico caso de falta de carácter.

JUGADA 2 – La mano corta y envida. Es aceptado el envite.
Chica en paso. A pares la mano vuelve a envidar y no es querido.
A juego A y C e pasan y D pone órdago, que tras consulta, es aceptado y obviamente perdido. Aquí si que es verdad eso de “si al mus quieres ganar…..”

JUGADA 3 – A y C, que son Tehlma y Louise, dan mus. El postre pone dos. La mano vuelve de otras dos. El postre insiste con otras dos. La mano le mira fijamente y le pone otras dos. El postre lanza un aullido que es interpretado como órdago que es aceptado y conduce directamente a las damas a los altares. Marili cabalga de nuevo.

miércoles, enero 18, 2006

EL TORNEO DE HORCHE

La farándula musística es capaz de soportar casi todo. No solo la fina lluvia que anoche caía sobre Horche sino también la cascada de blancas notas que a compás de compasillo desgranaban los altavoces en el amplio salón de juego.
El celebre minueto de la Sinfonía nº 40 en sol menor de Mozart hacia mas llevadera la espera para inscribirse en el torneo. Cosa más cursi es difícil de imaginar pero parecía que todos estaban muy complacidos. La mayoría canturreaba la composición y hasta algunos simulaban algún paso de baile. Todos estaban contentos menos los organizadores. No querían pasar de 80 parejas y era obvio que se superaría con creces. Al final 95 parejas.
Imposible decir que no a nadie. Nadie conocido, por lo menos.
El genial compositor europeo, lo de austriaco no deja de ser un caprichoso accidente para divertimento de historiadores y agregados de embajada, no habría despreciado la ocasión de mezclarse en el crisol del mus, que aglutina personas de toda condición en la lucha psicológica más entretenida del mundo. A Mozart le encantaban los singspiel, algo así como los musicales de Broadway, y de haber vivido en esta época seguro que nos habría retratado en alguno de ellos. (A mayor gloria de Dios y desesperación de Marili y sus amigas, las agregadas culturales).
Después de un copioso vino, la competición. Dos partidas. Las madres mías y los desesperos.
Para distracción de los que no han podido ir, una jugada típica de torneo, donde se suele sufrir, más que otra cosa. Las tonterías en el bar.

Juego partida. 38-33. Se habla un poco y la mano corta el mus. De forma lenta pero sin pausa, quedan la grande y la chica en paso. A pares vuelve a pasarse la mano y el postre pone órdago. Tres minutos de reloj para terminar no queriendo. A juego vuelve a pasarse la mano, y nuevo órdago del postre. A y C evalúan el tanteo y no quieren.
Todos a falta de una.
La nueva mano lleva RC6A. Los demás no llevan prácticamente nada. Hay mus.
La mano coge RCCC. B y C no cogen nada, y D duples RRAA. Hay nuevo mus.
La mano coge RCAA. B nada. C lleva RRS7 y D consigue RRR4.
Cortan A-C, órdago a grande y gana D.

miércoles, enero 11, 2006


BIENVENIDO

Bienvenido a la red Sr. Gómez, esto es Internet. Le honra prescindir del anonimato, pero esto no es un periódico ni funciona como tal; aunque tampoco se editan libelos y solo se busca “entretener con causa”.
Tiene Ud. razón. Ni muchísimo menos son todos los segovianos iguales. Y el que lo piense es que no tiene dos dedos de frente. Pero le aseguro que no hace falta irse a los aseos para escuchar atrocidades sobre sus paisanos… qué le vamos a hacer. Los monstruos son así. Empiezan pequeñitos pero crecen, y luego cuesta mucho enderezarlos. Tienen ustedes un cáncer y ya se sabe, se instala en casa y no hace más que crecer.
En honor a Ud. y al resto de los grandes jugadores de mus que hay en su ciudad, y con mis limitados recursos, voy a sugerir por donde vaya que se les llame “magos”, como los reyes, aunque éstos sólo eran tres. Pero bueno, con tres basta, porque los demás igual son meros acompañantes sin la categoría suficiente para actuar por sí mismos.
Ha sido un honor tener una colaboración tan honesta.

martes, enero 10, 2006

ERASE UNA VEZ....


Erase una vez un niño que tocaba el clavecín. Inventaba canciones, melodías, variantes, y nuevas armonías. Con cinco años leía música y escribía en su cuaderno escolar su primera obra, un Andante en Do.
Era sin duda un niño prodigio. En casa le llamaban Wolferl. Era Wolfgang Amadeus Mozart.
Con 6 años y su hermana con 11 –Ana Marie, otra niña virtuosa del clave- daban juntos un concierto en Viena ante el emperador austriaco.
Como un niño de feria pasa su infancia y juventud en continua gira exhibiendo su precoz virtuosismo por toda Europa. Pero como un genio que era, capto a través de sus viajes la esencia de la música de su tiempo, aunando tendencias y creando obras de todo tipo, hasta convertirse en el más original y perfecto exponente del clasicismo musical. También cogió casi todas las enfermedades que circulaban por las principales capitales europeas.
En 1781, con 25 años, se casa con la hermana de la mujer que le gusta. Tienen 6 hijos pero solo dos sobreviven y estos no tienen descendencia. El gen fracasa en su intento de perpetuarse.
Como todo genio, no fue suficientemente reconocido en su época, pero nunca le faltaron apoyos y encargos. Militó en la francmasonería defendiendo la idea del amor fraterno y la ilustración. Haydn fue su amigo y Beethoven discípulo ocasional. Gano suficiente dinero y también lo gastó. Su mujer no era tonta ni insulsa, pero se alejo de él. Lo peor que hizo fue no darle un entierro digno. No murió en la miseria, aunque vivía al día.
Salieri, otro compositor de la corte vienesa, le envidiaba, pero ni lo enveneno ni tuvo nada que ver con su muerte. El famoso y misterioso encargo de la Misa de Réquiem, obra inacabada por su prematura muerte, a los 35 años, fue hecho por el conde von Walsegg, melómano y mecenas, que tenia la costumbre de encargar obras e interpretarlas luego en su castillo diciendo que eran propias.
En Guadalajara hay un pueblo. El pueblo de llama Horche. En Horche se hace un campeonato. De mus, por supuesto. Los musistas también conocemos a Mozart y en el 250 aniversario de su nacimiento le dedicamos este homenaje. El cartel del torneo.

jueves, enero 05, 2006

¿GALACTICOS SEGOVIANOS?


Hemos recibido este comentario que pasamos a reproducir

¿GALACTICOS SEGOVIANOS ?

Recientemente he descubierto la existencia de este BLOG MUSISTICO como consecuencia de la aparición de los comentarios vertidos acerca de los "segovianos". En primer lugar, me gustaría hacer constar que hay algo que me disgusta especialmente de este tipo de producto informático: su anonimato. Porque ¿quien es el administrador de este blog? ¿Quiénes son las personas que en él vierten sus opiniones? Me parece inadecuado hacer cualquier tipo de aseveración sin identificarse, por muy cierto que sea lo que se diga.

Si me he decidido a escribir estas líneas es por mi condición de SEGOVIANO. De segoviano condenado a sobrellevar en lo que me resta de vida musística el estigma de ser "segoviano". Porque no nos engañemos, en el mundillo del mus de competición ser segoviano es sinónimo de tramposo. Basta con entrar en los aseos durante cualquier campeonato para oír las lindezas que se dicen acerca de "los segovianos".

Sé que no va a servir de nada y que el asunto no tiene arreglo posible, pero para quien lea estas líneas quiero dejar muy claro que la inmensa mayoría de los jugadores de Segovia somos tan honrados como puedan serlo los de cualquier otro sitio. Simplemente hemos tenido la desgracia de que haya surgido un grupúsculo, que se cuenta con los dedos de una mano, que ha arruinado nuestro crédito musístico. ¿Quién se va a creer a partir de ahora que, si por casualidad, logro ganar un campeonato lo he hecho en buena lid? Seguramente mi compañero y yo. Nadie más.

Sin embargo, a tenor del último comentario aparecido en este blog, es evidente que sigue habiendo ingenuos que creen posible que determinados sujetos escapen a las leyes del azar y puedan acumular victorias consecutivas simplemente por su condición de grandes jugadores. Quiero dejar bien claro que efectivamente, son grandes jugadores, lo digo sin ningún doble sentido, pero es que hay un montón de grandes jugadores que se ven sujetos a las leyes irreductibles del azar y que, sólo de vez en cuando alcanzan el triunfo. Sólo un reducidísimo grupito, cuyos nombres se repiten constantemente en los últimos quince años, consigue con extraordinaria frecuencia llegar a las finales en campeonatos consecutivos.

Estos jugadores, afortunadamente, han tenido la "amabilidad", en más de una ocasión, de hacer demostraciones privadas "de sus habilidades", con lo que si podía haber alguna duda sobre en qué radicaba el misterio para tan continuos triunfos ya no queda ninguna. Sus nombres están en la mente de todos los habituales del circuito del mus. Quien no los conozca sólo tiene que hacer el pequeño esfuerzo de informarse para saber quienes son. Desde luego, ese grupito es de Segovia.

En resumen, quien quiera seguir creyendo en los Reyes Magos, en el ratoncito Pérez, y en los grandísimos jugadores "segovianos", que lo siga haciendo. Pero como medida profiláctica, recomiendo, tanto a éstos creyentes como a todo aquel que no quiera verse sorprendido en su buena fé, que cuando se enfrente a alguno de ellos no deje de efectar un simple barajeo de las cartas previamente a que el correspondiente Mago se disponga a repartirlas, (como en algunos torneos no solo recomiendan, sino que hasta obligan).

¡Ah, se me olvidaba! Mi nombre es Luis Gómez Aparicio, SEGOVIANO y musista sujeto a las leyes estadísticas del azar.