miércoles, enero 02, 2008

THREE IN A ROW

Para los que de vez en cuando juegan un torneo de mus, pensar en ganarlo es algo que no entra demasiado en sus cálculos. Uno se apunta a un torneo por multitud de razones pero no especialmente porque crea que tenga verdaderas opciones de ganarlo.
Existe también un nutrido grupo de jugadores que siempre y cuando no se le descomponga excesivamente sus obligaciones laborales o familiares, acuden regularmente a todo torneo que se les cruza.
Los jugadores de este grupo tampoco se apuntan con el único objetivo de ganarlo. Es un grupo dispar donde los hay con gran capacidad de juego y son serios aspirantes a estar siempre arriba, pero también los hay negados de solemnidad donde solo el buen naipe les salva la cara de vez en cuando.
¿Se podría decir que existen parejas que con toda seguridad cuando se apuntan a un torneo lo van a ganar?
No vamos a entrar a analizar los porqués de jugar un torneo. Pero en el fondo, en todos los jugadores anida una intima y legitima ilusión de aspirar a ganarlo. A nadie le amarga un dulce y menos si es por ganar un torneo de mus. Viene a ser como un reconocimiento de que sabemos tocar las cartas. Podremos haber tenido toda la suerte del mundo y haber ligado como cosacos, pero si hemos ganado, eso queda ya como un hecho relevante en nuestra trayectoria musistica y nadie nos lo puede arrebatar. Pero insisto, prácticamente nadie se apunta a un torneo pensando seriamente que en ese torneo va a dar el do de pecho y difícilmente se le va a escapar.
Por eso cuando hemos tenido noticia de los resultados de los torneos jugados últimamente la carrera hacia el despacho del redactor jefe de este blog se hacia obligada. Abrimos la puerta sin llamar y con mirada insolente reclamamos toda la atención.
“Three in a row”, que diría el gran Felo Ramírez. Tres seguidos. Tres torneos ganados consecutivamente. Tres de tres. Y además de los que más pasta tienen. 14.000 € en Torrelodones, 6.000 € en Benidorm y 5.000 € en Gijon. ¿Pero quien ha hecho eso? nos preguntan. Solo hay un jugador capaz de hacerlo, contestamos. Se llama Alberto González y es de Segovia.
Casi nos echan a patadas del despacho. Pero realmente era noticia y nos permitieron hacer el comentario, siempre y cuando no hiciéramos referencias a “factores externos”, pues eso es competencia de Date Mus que lo hace mucho mejor que nosotros.



El ultimo torneo de los citados se jugo este diciembre en el Casino de Gijon. Fue el II Torneo de Navidad. Fueron 76 parejas, todas asturianas menos dos. Una de Santander y otra de Segovia, compuesta por el ya citado y su fiel acolito Ramón Sastre.
El torneo es a 3 ceros y estuvo bien organizado. Pero va a tener que atarse un poco los machos si aspiran a hacerse un hueco en el panorama nacional. El san benito del tecleo, o señas convenidas, es una constante en el mus asturiano y la dirección del torneo fue excesivamente complaciente con esa práctica. El torneo es atractivo y tiene medios para aspirar a lo que quiera, pero no esperaran que se desplacen 30 ó 60 parejas del resto de España, sea invierno o verano, para jugar en desventaja y encima que se te quede la cara a cuadros. Con lo bonita que es Asturias!Supuestamente los ganadores no emplearon esta insana práctica que les es ajena, así que les dieron un buen baño a los asturianos participantes. Pero en el caso de que la usaran demostraron su gran capacidad para integrarla en su estilo de juego, dando sopas con honda a los artificiosos teclistas.
Todas las generalizaciones son injustas e inexactas, así que disculpas anticipadas a los asturianos, pero no estamos diciendo nada que no sea conocido. Es conocido y torpemente encubierto y consentido. Lo que hay que hacer es limpiar el terreno y no permitir que se extienda esta peligrosa práctica que nada bueno puede traer para la práctica del mus en general.