jueves, diciembre 08, 2005

MUS CON PREMIOS O DINERO EN PREMIOS


Se puede seguir a través del blog Datemus, una interesante discusión sobre si los torneos de mus, sean grandes o pequeños, deberían dar como premios, regalos o dinero. No es cuestión baladí. Hay torneos de fiestas en pueblos o en ciudades donde aunque el premio sea en metálico, no son cantidades elevadas, ni tampoco son muy publicitados. Los que juegan se conocen casi todos o son de la zona.
Pero hay otros torneos donde los premios son precisamente el atractivo para que vayan los jugadores. El primer premio puede ser de 3.000€ y hay algunos que llegan hasta 12.000€, aparte de mas premios para los siguientes clasificados.
Hay musistas que por pertenecer a alguna peña o por haber ido más de una vez a estos grandes torneos van conociendo a otros jugadores y al final les suenan casi todas las caras, pero en el fondo, nadie conoce a casi nadie y muy pocos saben quien es la pareja que esta al otro lado del tapete. Desgraciadamente, a veces los que están al otro lado no deberían estar, pero se hace difícil saber quien si y quien no, y porque no o porque si.
La pregunta es: ¿Y porqué no deberían estar al otro lado? Pues muy sencillo. Porque el naipe, cuando se cruza con el dinero, produce inexorablemente un atractivo imposible de evitar para ventajistas, tramposos y truhanes. Unos serán de medio pelo y otros serán maestros cum laude, pero todos tramposos. Y la culpa no es del mus, ni del póquer, ni de los casinos, ni de nadie.

El dinero fácil siempre ha sido así. Sea en el juego, en la especulación, en la bolsa o en los presupuestos del Estado. Unos irán con jersey y vaquero y otros con chaqueta o minifalda, que en esto el sexo no distingue. Y cuando das con este tipo de gentes no hay nada que hacer. Te la colocan y no sabes como. Algunos listos, que más bien son absolutamente ingenuos, opinan sin saber lo suficiente y siempre dicen lo mismo, “pues yo he jugado contra ellos y no he visto nada, y además juegan muy bien”. Faltaría más. Aparte de que son auténticos malabaristas del naipe o de la trampa (que las hay de muchas clases), con buenas cartas se juega siempre bien, y nunca se sabe con que cartas se está jugando, pero esto debería ser ya objeto de otro comentario.
¿El remedio contra esto es que los premios sean en especie? .........porque desde luego, si a alguno de estos pillos les das de premio un viaje a Venecia, donde encima tienen que poner dinero
……

1 comentario:

Anónimo dijo...

Intentaré dar mi opinión en esto de los premios o dinero en los torneos de mus. Veo muchos recelos a la hora de dar premios en metálico por aquello de los tramposos. Se opina que si te dan un premio tipo viaje en el cual encima vas a poner dinero nadie va a hacer trampas. ¡Claro! Nadie hace trampas porque nadie se apunta.
Los gustos de cada cual son muy particulares. A unos les gusta viajar, a otros quedarse en casa viendo la tele, a otros cultivar su huerto... Si tu das un viaje de premio quizás des gusto a un 10% de la población; y, quizás, a Venecia, pongamos por caso, o ya han ido o ni puñetera gana que tienen de ir. Pero si les das 3.000 euros, de seguro que cada cual los empleará exactamente en lo que mejor le convenga. Esto de castigar a todos por unos pocos que hagan trampa me recuerda a una compañía eléctrica que nos cortó la iluminación de un tramo de la M-40 porque unos gitanos cogían la luz de las farolas. Les debía ser más fácil “jodernos” a los usuarios que lidiar con unos pocos gitanos. Estaría de acuerdo en los premios si, por poner un ejemplo, la inscripción fuera de un viaje al Escorial, o un bocata de calamares, en caso de que el premio fuera una cena en el Restaurante del pueblo; pero la inscripción a los torneos suele ser de 50 o 75 euros por barba, por lo tanto el premio debe ir en esa misma línea. He escrito un libro de mus (“las probabilidades en el mus”) y siempre hablo de que en el mus, a diferencia del póquer, nunca se juega uno el dinero. Me refiero siempre a la partidilla del café y la copa. Quiero decir que entre 2 parejas de compañeros (y amigos la mayoría de las veces) no te sueles jugar la pasta. Pero otra cosa es participar en un campeonato: aquí lo que ganes no se lo ganas directamente a tu rival, sino que se lo ganas a todos, o a la organización, si se quiere llamar así (digo esto por aquello de los remordimientos de conciencia). Si queremos que el mus siga tomando auge, se deben organizar torneos con premios en metálico y no dejar participar a los tramposos, que por cierto poco a poco se van desenmascarando. Hace poco participé en el XXIII campeonato provincial de Guadalajara. Lo organiza primorosamente la Asociación alcarreña de Mus. En este campeonato tienen derecho de admisión y vi con mis propios ojos como su organizador echaba sin contemplaciones a un personaje “fichado” por malas artes. Esto es lo que se debe de hacer y no castigar a todo un colectivo por unos pocos. En este campeonato participamos 92 parejas, la inscripción fue de 75 euros por persona y hubo premio para las 10 primeras parejas, siendo el primer premio de 3.000 euros. Además, el último día hubo cena baile para todos los participantes. Esta asociación, con la dirección magistral de Don José Jodar, recibe encargos continuamente para organizar más torneos (Daganzo, Horche...). Me pregunto si tendrían tanto éxito si repartiera premios como viajes o 4 cenas en el restaurante de la localidad.