MANU LEGUINECHE, txapelketa

No es habitual homenajear en vida a nadie, y menos en nuestro país, pero Manu Leguineche, periodista liberal e independiente hasta la medula, se gano este honor a través de la farándula musística que practicaba entre las trincheras de las muchas guerras en las que le toco hacer de notario. Testigo incomodo para unos y otros, les invitaba a una partida de mus cuando las cosas se ponían difíciles. Le dejaban por imposible.
Manu es vasco, pero fue en la Alcarria donde busco retiro tras tanto avatar guerrero, e inició un idilio con el paisaje y las gentes castellanas del que todavía esta preso.
En Cañizar tuvo casa, y hubo una alcaldesa de rompe y rasga que le regalo un torneo. El autor de La ley de Mus no se merecía menos.
16 años lleva celebrándose el torneo. Se juega en la plaza del pueblo. Cuando llueve hay que refugiarse con los trastos de jugar en algún garaje. Hay cenas al aire libre, vino y cava para quien quiera, a veces música, y siempre buena gente apoyando a la musa del mus.
Este año lo ha ganado un amigo para dedicárselo. Para que Manu no se olvide de su torneo que ya no juega.
José Jódar, el abanderado del juego limpio en el mus, hizo pareja con Pilar Cid, una alcarreña que cuando juega no se sabe si va o viene. Ganaron a todos y le enviaron la txapela con unas flores.
Manu ya no toma vino. Manu viaja poco. Las guerras se olvidaron de Manu.
Ahora Manu juega al mus con Caronte.
No quiere que sea la última partida.
La laguna Estigia puede esperar.