No podemos publicarlo porque es tal la cantidad de acusaciones, falsedades y ataques personales que realiza que lo de menos es que sea anónimo. Al fin y al cabo aquí somos todos anónimos y nadie está obligado a leernos. Pero no vamos a permitir que se utilice este blog para denigrar gratuitamente.
El escrito es de ésos que hay que tirar de inmediato a la papelera sino fuera por un par de comentarios que trascribiremos más adelante.
Una de las características de internet es que permite el anonimato. Pero hay muchos tipos de anonimatos y cada web tiene su criterio para dar paso o no a los escritos que le lleguen.
Los ataques a mus envido nos dejan impávidos. Como ya hemos dicho en alguna ocasión, publicaremos los comentarios que consideremos válidos y positivos.
Llevamos un año en la red casi sin darnos cuenta. Nunca sospechamos que p

Pero vamos al tema.
En esencia el escrito trata de ensuciar el nombre del blog y de ciertas personas tildándolas de tramposas. Os podéis imaginar que versa sobre los tramposos en el mus.
Se inicia identificando a Trinidad con José Jódar, de la Asociación Alcarreña de Mus, y a partir de ahí acusa a éste de tramposo y así intenta matar dos pájaros de un tiro. De paso involucra a una tercera persona, la cual tampoco tiene nada que ver en este tinglado, pero a la que estos sujetos anónimos tienen enfilada.
Se permite poner en boca de Alberto González, el Niño, frases sobre José Jódar que no hay quien se las crea. Hace referencias a diversos torneos, especialmente al de Benidorm, y acaba con dos perlas que dejamos para el final.
Ya se sabe, “calumnia que algo queda”.
Pero va a ser difícil en este caso. Jódar no va persiguiendo los miles de euros por media España. A lo más, se lleva un reloj en Los Palacios o parte con otros en Ceuta. Le vapulean en Socuellamos o Alcázar de San Juan, un una liga castellano-manchega sin premios que actualmente se esta jugando, y apoya a catalanes y andaluces que no dan dinero. Llamar tramposo a José Jódar es simplemente un acto de mala fe para distraer la atención. Apañados van.
Pero el comentario, que abunda en medias historias falsas, no dice, y esto lo sabe muchisíma gente, que en el año 2001 Javier González ganó el torneo de Guadalajara y 3.000 €, y cuando al siguiente año se presentó su hermano Alberto para repetir la hazaña, una vez ya inscrito, fue precisamente José Jódar quien como director del torneo le devolvió el dinero y le dijo que allí no podía jugar. El tal Alberto quiso montar el numerito y amenazó con una denuncia en el juzgado. Pero fuese por donde llego y nunca más se supo.
Y hay van las dos perlas. Así, cualquiera puede hacerse idea de hasta qué punto el dardo ha hecho diana.
Transcribimos el penúltimo párrafo del escrito.
“…..Lo que esta Ud. consiguiendo es enrarecer los ambientes y cualquier día, por culpa de eso, pueden ocurrir hechos muy lamentables, como los que hemos visto en el ultimo campeonato del Casino de Madrid. Pero si eso es lo que persigue, adelante va por buen camino.”
Se refieren a un intento de agresión de F.M. a una pareja finalista. Sí señor, así es como funciona la cosa cuando hay mucho dinero en juego. Por la buenas o por la malas. Si no basta una paliza, sacaremos las navajas o lo que haga falta.
¿Eso tiene un nombre? ¿Verdad?
El último párrafo del escrito anuncia el envío del mismo a cualquier foro que lo quiera publicar. Pues adelante. Y si no se lo cuelgan, hagan fotocopias. El original también lo tenemos nosotros.
En esto del mus hay gente excesivamente metalizada, que acude como carroña allí donde sólo hay dinero y no ve con buenos ojos que se les ponga en el “candelabro” y contraatacan exigiendo que se les demuestre lo que hacen. Bien saben ellos que éso es prácticamente imposible. Así que es mucho más práctico sentirse ofendidos e intentar cubrirse con un halo de integridad, a ver si cuela. Pero verdes las han segado.
Esta vida es dura y nos movemos entre ciertos límites de objetividad e imparcialidad. Si alguien se siente aludido, él sabrá porqué. Los torneos de mus no son “open”. Los que los hacen ponen sus condiciones y ellos sabrán porqué y cómo les va. De entrada hay que agradecerles que se molesten en hacerlos. Otra cosa es que sepan lo que hacen.
Habría que preguntarse qué grado de responsabilidad tienen en todo esto los organizadores de torneos con grandes premios.
¿Hasta cúando los musistas de a pie, a los que nos gusta el mus-competición y que somos muchos, vamos a seguir sin tener un “algo oficial” que nos proteja de marrulleros, tahúres, soplapollas e incompetentes?
Claro que el tema no es para tanto. Sólo afecta a 6 u 8 parejas malabaristas y a otras pocas que les siguen el juego. Lo malo es los cientos de jugadores que no saben a qué carta quedarse y les encantaría no ser corderitos con los que juega el lobo.
Calm down. Que viene a ser como “tranquilízate macho”.
Con Dios, amigo.