jueves, enero 23, 2014

En recuerdo de MANU LEGUINECHE


La muerte de Manu Leguineche nos permite reabrir este blog para rendirle un último recuerdo. Copiamos el escrito que su amigo José Jódar le ha dedicado en la página del Máster Nacional de Mus.



Nos ha dejado Manu Leguineche. Algunos sabrán quién era y otros no. Para algunos será el corresponsal de guerra por excelencia. Para otros el siempre incómodo e independiente periodista…. para nosotros era la musa del mus.

Escribió muchas crónicas, de guerra y de paz; muchos libros, cerca de 40, de acción, de viajes, de reposo; y una joya especial sobre el mus.
 El libro se titula La ley del mus, de 1992,  es una maravilla sobre las cosas que hay y que rodean el pequeño gran mundo del mus. Es un libro en prosa que es pura poesía, enzarzando palabras, sensaciones, historias, recuerdos, experiencias… dice cosas como estas “… el mus es un relampagueo, un escalofrío de placer, el ejercicio del genio y la imaginación, de la estrategia creativa, ensayo para la guerra psicológica, un rictus de contrariedad, tormento y éxtasis”.
“El mus es un juego épico y epicúreo. Puede llegar a ser un juego diabólico… de rivalidades, zancadillas, megalomanías, de pérdida de la identidad, de vacío espiritual, de soledad, de alienación, de competencia feroz, de superficialidad, el mus es como el regazo de una madre.”

Manu nació en Arrazua, Vizcaya, en 1941, hace 72 años. Tuvo a Miguel Delibes como maestro inicial en la redacción del diario El Norte de Castilla. En 1961 cubrió la revolución de Argelia y no paró de ir de guerra en guerra, de Pakistán a Nicaragua pasando por medio mundo. Tenía un estilo particular basado en el rigor, pisando siempre el terreno y dando voz a la gente anónima. Cuando no podía desplazarse por los rigores de la las guerras, jugaba al mus en hoteles bombardeados esperando tanto un solomillo salvador como una conexión a internet.

Hace unos 20 años empezó a apartarse del mundanal ruido refugiándose en los llanos, valles y cumbres de Guadalajara; la gente alcarreña le prendió y se retiró primero a una finca en Cañizar y luego a una histórica mansión con resonancias literarias en Brihuega, La casa de los gramáticos. Las resonancias no vienen sólo por el nombre de la casa, sino también por a quien se la adquirió, nada menos que a Margarita de Pedroso, musa y  amante, según algunos, del incomparable JRJ, Juan Ramón Jiménez. Allí hicieron a este vasco, hijo adoptivo de Guadalajara en 2008 y le honraron con numerosos premios.

En La ley del mus dice cosas como, “el éxito del mus en España se debe al temperamento anarquista y volátil de sus habitantes, a su afición por la buena vida”,  “es el juego que sobrevive a las disparidades, a las diferencias de reglamento y de las formas de ser, al laconismo de los vascos, a la chuletería de los madrileños, a la gracia andaluza, a la sobriedad extremeña o vallisoletana”.
“El que no triunfa en la vida el mus le permite un desahogo, una revancha.” “Al que triunfa, si gana al mus, le confirma en la superioridad. Si pierde, no le viene mal una cura de humildad”

Tuve ocasión de conocerle y mantener una cariñosa relación con él. En Cañizar le tenían dedicado un torneo de mus que era una delicia, tanto por la gente que iba, tribu de periodistas y otros personajes, como por la gente del pueblo que se volcaba en prepararlo. Unos y otros  fueron decayendo según él iba apagándose. Nos reíamos en el jardín de su casa recordando lo mal que jugaba, se le notaba mucho cuándo llevaba y cuándo no. Nunca lo reconoció pero me guiñaba un ojo para que no se lo dijera a nadie. Le encantaba compartir el buen vino y un tropezón de jamón con los amigos. Al final casi no comía. Su amigo Pedro Aguilar le cuidaba en la distancia, su vecino Jesús, el anticuario, le hacía compañía y le mantenía el jardín, y Manolo Millán, su médico de pueblo, le preparaba para el ya inevitable viaje por la laguna Estigia.

Manu, allí donde estés prepáranos una partida.
Con todo cariño. José Jódar 22 enero 2014  

En este blog  se le dedicó una entrada en junio de 2006.

 

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